Camareros en riesgo

El Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), que integran más de 40 asociaciones profesionales y agrupaciones científicas y del ámbito sanitario, calcula que más de mil camareros, fumadores pasivos, fallecen cada año en España por la exposición al humo de tabaco en su lugar de trabajo. Por este motivo, este organismo rechaza la alternativa de instalar habitáculos cerrados para fumadores en bares y restaurantes, planteada como enmienda en la tramitación de la nueva ley 'antitabaco', porque, a su juicio, sólo serviría para reducir a la mitad el número de muertes. «No resuelve nada, porque todos los elementos tóxicos del humo del tabaco se quedan en el aire y los trabajadores de la hostelería seguiremos tragando el humo de los demás», zanjó el portavoz del CNPT, el doctor Rodrigo Córdoba.
Además, el Comité 'antitabaco' niega tajantemente que la prohibición de fumar en bares y restaurantes acarree pérdidas económicas o de puestos de trabajo en el sector. Al contrario. «Estos pronósticos los cocina la industria del tabaco» y no la federación de hosteleros, acusa. «Este organismo no tiene ningún informe. La existencia de estudios sobre la incidencia económica en los bares si se endurece la vigente ley 'antitabaco' son un invento, una fantasía, pese a repetir que la prohibición de fumar acarreará un 20% de pérdidas. Es pura propaganda», advirtió.
En este sentido, el doctor recordó que los hosteleros -que sí hicieron pronósticos catastrofistas antes de la entrada en vigor de la ley todavía vigente- vaticinaron que en 2007 sufrirían pérdidas económicas de 1.600 millones de euros y, por el contrario, ese año tuvieron un incremento de ingresos de 2.200 millones de euros. Asimismo, presagiaron que se perderían 20.000 empleos y ese mismo año se registraron 58.000 empleos más en el sector.
En defensa de esta tesis, Córdoba se refirió a un estudio realizado por la Asociación de Economía de la Salud, que afirma que «no hay ningún dato que apunte a que el sector de la hostelería vaya a tener pérdidas por la eliminación del tabaco de sus locales». Si acaso, precisó, «los locales de restauración tendrán un ligero repunte de beneficios». Y es que por cada persona fumadora que dice que no irá a estos locales «hay dos no fumadoras que acudiremos si son espacios libres de humos».
En «muchos entierros»
El rostro a la fría estadística lo puso ayer Faustino, un camarero que lamentó haber tenido que asistir «a muchos entierros y funerales de compañeros no fumadores que sufrieron cáncer de pulmón», antes de leer el testimonio de José María, compañero de 57 años, no fumador, víctima de un cáncer de pulmón, que prefirió mantenerse en el anonimato.
Este camarero comenzó a trabajar en la profesión en 1967 y en 1979 empezó a desempeñar su labor en un local de juego, donde «los clientes están de cara a ti y recibes el humo en la cara». En sus revisiones de la mutua laboral, que incluían placas de pecho, siempre le hacían la misma pregunta: «¿Eres fumador?». «Cuando les decía que no, nunca me aclaraban el porqué de la pregunta».
José María llevaba una vida sana, practicaba deporte, no tomaba nada de alcohol y pertenecía a una familia de no fumadores. Pero en febrero de 2009 empezó con una tos seca, irritación de ojos, faringitis y afonía, «muy frecuentes en los fumadores pasivos». Acudió a la neumóloga y ésta le derivó el mismo día a Oncología. «El oncólogo me dijo que tenía un cáncer que afectaba al pulmón izquierdo y dos ganglios linfáticos». Le pusieron un tratamiento de cuatro sesiones de quimioterapia y 30 de radioterapia. Un año después se le diagnosticó que tenía una costilla y una vértebra afectadas de cáncer.
«Cuando los fumadores gritan por su derecho a fumar, derecho que nadie les niega, pues sólo se les pide que no fuercen a hacerlo a los demás, me pregunto: ¿Estará este derecho por encima del mío a vivir y a ser feliz con mi familia? Pienso que no», termina su testimonio