La paciente era británica, se llamaba Lyndsey Scott y tenía 28 años. Llevaba cuatro años esperando un trasplante que no llegaba y cuando llegó, lo hizo mal. . Hubo problemas en la operación y en las semanas siguientes a la intervención. Medio año después de que saliera del quirófano, una neumonía le quitaba la vida, aunque tampoco entonces se supo lo de los pulmones. Hubo que esperar a que la familia pidiera los informes médicos para descubrir el error. Según la prensa británica, la escasez de donantes está obligando a los médicos a “tener en cuenta” órganos “menos saludables”.
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