Los fondos gubernamentales para combatir el tabaquismo en América Latina, que mata por año a un millón de personas, empalidecen ante los costos sanitarios de esta epidemia y reciben una pequeña parte de la recaudación fiscal de la industria tabacalera.
Eliminar la publicidad e imponer fuertes cargas fiscales a la industria son las mejores formas de abatir el consumo, recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su Informe sobre la Epidemia Mundial del Tabaco 2008.
En base a datos aportados por más de 150 países, el documento indica que los ingresos fiscales por ventas de tabaco en el mundo superan en 500 veces los gastos ejecutados en programas de lucha contra la adicción, causante de enfermedades mortales.
En el equipo de los más permisivos, Argentina recauda 1.450 millones de dólares, unos 550 millones más de lo asignado a su programa de control del tabaco. A diferencia de sus vecinos, ese país no tiene todavía una ley nacional en la materia, mientras los daños a la salud de los habitantes causan gastos de 2.200 millones de dólares.
Mario Virgolini, coordinador del Programa Nacional de Control del Tabaco del Ministerio de Salud de Argentina, dijo a Tierramérica que la diferencia entre lo que se recauda y lo que se gasta para enfrentar los efectos dañinos del tabaco "marca claramente que resulta más caro a la sociedad atender la enfermedad que evitar el consumo".
"El mayor costo, que es invalorable, es el de las 40.000 muertes al año producidas por el tabaco" en ese país, señaló.
La OMS calcula que un incremento adicional de 10 por ciento en los precios puede hacer descender el consumo en cuatro por ciento. Si ese aumento llegara a 70 por ciento evitaría una cuarta parte de las 5,4 millones de muertes anuales asociadas al hábito de fumar en el mundo.
Gran parte de los países de América Latina han ratificado el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco, en vigor desde febrero de 2005.
Ese instrumento prohíbe la publicidad y el patrocinio de marcas de cigarrillos a cualquier tipo de actividad, además de desalentar la interferencia de la industria en políticas de salud pública, prohibir el contacto de las tabacaleras con los jóvenes y establecer espacios públicos libres de humo.
Sin embargo, el informe 2008 de la OMS da cuenta de que en el continente americano hay un marcado incumplimiento
El Sistema Panamericano de Información en Línea de Tabaco, de la Organización Panamericana de la Salud, reporta que la industria mantiene la práctica de ofrecer cigarrillos gratis a los estudiantes.
En 2003 casi 11 por ciento de los jóvenes argentinos reconocieron haber recibido cigarrillos por esa vía.
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