La contaminación ambiental parece representar un peligro importante para el desarrollo mental de los chicos. En un estudio científico se determinó que los bebés cuyas madres estuvieron expuestas a aire poluido durante el período de gestación podrían sufrir problemas en su desarrollo cognitivo tiempo después, alrededor de los cinco años de edad.
Eso concluyó un estudio publicado en la revista científica Environmental Health Perspectives.
"Este hallazgo es preocupante porque el coeficiente intelectual es muy importante para que los jóvenes tengan buenos resultados académicos", afirmó Frederica Perera, del Centro Columbia para la Salud Ambiental de los Niños (Estados Unidos).
Los investigadores trabajaron con 214 chicos sanos de la ciudad de Cracovia (Polonia) entre los años 2001 y 2006. Durante la gestación, sus madres contestaron un cuestionario destinado a analizar su exposición a los hidrocarburos aromáticos policíciclos (HAP). A su vez, los autores tomaron muestras de sangre de las voluntarias o del cordón umbilical al momento del parto, nuevamente con el objetivo de constatar la presencia del contaminante.
Tras el nacimiento, los especialistas siguieron la salud de los chicos y les realizaron un test de inteligencia y habilidad a la edad de cinco años.
Los hidrocarburos aromáticos policíciclos incluyen alrededor de 100 sustancias químicas que son liberadas al medio ambiente cuando se queman los combustibles usados para el transporte, la calefacción y la producción de energía, entre muchos otros.
Susan Edwards, la autora principal, sostuvo que los niños expuestos a estos contaminantes durante la gestación podrían tener resultados mucho menores en las pruebas de inteligencia y en el cálculo de su coeficiente intelectual.
Los investigadores explicaron que estos resultados podrían confirmar los hallazgos que ellos mismos realizaron en un estudio que tuvo lugar en Nueva York (Estados Unidos) en 2009, cuando también estudiaron el efecto de los HAP en la inteligencia de los niños.
"Estos hallazgos contribuyen a la creciente evidencia que relaciona la contaminación ambiental del aire con efectos adversos en la salud de los niños. Este conocimiento es muy relevante para el desarrollo de políticas públicas de salud", afirmó Edwards
Sustancias
Los contaminantes analizados son los más problemáticos para la salud: las partículas en suspensión menores de diez micras (PM10) y menores de 2,5 (PM2,5), el dióxido de azufre (SO2), dióxido de nitrógeno (NO2), monóxido de carbono (CO), compuestos orgánicos volátiles (VOCs) y ozono troposférico (O3). Se trata de sustancias emitidas por los motores de combustión de los vehículos, en especial los modelos diesel - entre un 40 y un 60% de la contaminación urbana se debe al tráfico-, de gases derivados de los procesos industriales, de centrales térmicas, estufas y cocinas de gas, de gasolineras e incluso del humo del tabaco.
Su presencia en las ciudades más pobladas o con mayor densidad industrial guarda relación directa con un buen número de enfermedades: ataques de asma, bronquitis, ataques cardiacos y otras afecciones pulmonares y cardiovasculares crónicas. Los colectivos más vulnerables son, como siempre, los niños y los mayores de 65 años, enfermos cardiopulmonares y las mujeres embarazadas, recuerdan los autores.
"Este hallazgo es preocupante porque el coeficiente intelectual es muy importante para que los jóvenes tengan buenos resultados académicos", afirmó Frederica Perera, del Centro Columbia para la Salud Ambiental de los Niños (Estados Unidos).
Los investigadores trabajaron con 214 chicos sanos de la ciudad de Cracovia (Polonia) entre los años 2001 y 2006. Durante la gestación, sus madres contestaron un cuestionario destinado a analizar su exposición a los hidrocarburos aromáticos policíciclos (HAP). A su vez, los autores tomaron muestras de sangre de las voluntarias o del cordón umbilical al momento del parto, nuevamente con el objetivo de constatar la presencia del contaminante.
Tras el nacimiento, los especialistas siguieron la salud de los chicos y les realizaron un test de inteligencia y habilidad a la edad de cinco años.
Los hidrocarburos aromáticos policíciclos incluyen alrededor de 100 sustancias químicas que son liberadas al medio ambiente cuando se queman los combustibles usados para el transporte, la calefacción y la producción de energía, entre muchos otros.
Susan Edwards, la autora principal, sostuvo que los niños expuestos a estos contaminantes durante la gestación podrían tener resultados mucho menores en las pruebas de inteligencia y en el cálculo de su coeficiente intelectual.
Los investigadores explicaron que estos resultados podrían confirmar los hallazgos que ellos mismos realizaron en un estudio que tuvo lugar en Nueva York (Estados Unidos) en 2009, cuando también estudiaron el efecto de los HAP en la inteligencia de los niños.
"Estos hallazgos contribuyen a la creciente evidencia que relaciona la contaminación ambiental del aire con efectos adversos en la salud de los niños. Este conocimiento es muy relevante para el desarrollo de políticas públicas de salud", afirmó Edwards
Sustancias
Los contaminantes analizados son los más problemáticos para la salud: las partículas en suspensión menores de diez micras (PM10) y menores de 2,5 (PM2,5), el dióxido de azufre (SO2), dióxido de nitrógeno (NO2), monóxido de carbono (CO), compuestos orgánicos volátiles (VOCs) y ozono troposférico (O3). Se trata de sustancias emitidas por los motores de combustión de los vehículos, en especial los modelos diesel - entre un 40 y un 60% de la contaminación urbana se debe al tráfico-, de gases derivados de los procesos industriales, de centrales térmicas, estufas y cocinas de gas, de gasolineras e incluso del humo del tabaco.
Su presencia en las ciudades más pobladas o con mayor densidad industrial guarda relación directa con un buen número de enfermedades: ataques de asma, bronquitis, ataques cardiacos y otras afecciones pulmonares y cardiovasculares crónicas. Los colectivos más vulnerables son, como siempre, los niños y los mayores de 65 años, enfermos cardiopulmonares y las mujeres embarazadas, recuerdan los autores.
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