Si bien en los últimos años decreció el consumo de tabaco entre los adultos argentinos de un 39,8 a un 33,4%, desde la cartera sanitaria nacional confirmaron que anualmente mueren 40 mil habitantes a causa de la adicción al cigarrillo y del contacto con el humo. Esta cifra se corresponde con 109,58 decesos al día, un fallecimiento cada 15 minutos.
Saúl Shiffman, experto en tabacología y consultor para estrategias de salud pública sobre consumo de cigarrillos de la Universidad de Pittsburg (Estados Unidos), aseguró que las personas que no fuman tienen igualmente un 53% de chances de morir por entrar en contacto con las toxinas de los que sí lo hacen.
En tanto, y según datos obtenidos por el Programa Respire del Hospital Británico de Buenos Aires, de los 8 millones de fumadores que existen en el país, 4 millones van a fallecer a causa de su adicción. El neumonólogo Alejandro Videla, del Hospital Universitario Austral, coincidió en estas cifras. "La mitad de las personas que fuma se muere por las consecuencias derivadas del consumo de cigarrillos", sostuvo el especialista, en diálogo con Radio 10.
El experto también remarcó el crecimiento de este mal hábito entre los adolescentes de entre 13 y 15 años, cuyas consecuencias pueden ser nefastas. Un 32% de ellos fuma activamente, y el resto, 76%, es fumador pasivo.
"Una persona joven, generalmente cuando empieza (con el hábito), empieza fumando cantidades pequeñas: nadie empieza de golpe. Pero a lo largo del tiempo, mientras exista el consumo de cigarrillos, en algún momento puede cambiar el patrón y la persona puede empezar a consumir grandes cantidades ", señaló Videla.
El peligro del "humo de tercera mano"
Videla, en consonancia con todos los especialistas a nivel mundial, recordó lo nocivo que es el conocido "humo de tercera mano", un nuevo concepto que ya preocupa a los médicos, sobre todo por la falta de información de los fumadores al respecto.
Por "humo de tercera mano" se entiende, según recientes estudios, a la contaminación residual que deja el tabaco cuando ya está apagado. Las partículas nocivas se mantienen en el adicto incluso hasta varias horas después de apagar el cigarrillo en las manos y prendas, impregnando así las superficies de su hogar o sitio de trabajo y aumentando los riesgos para los no fumadores. También el aire que exhala el sujeto contiene toxinas por tiempo prolongado.
Al respecto, el experto señaló que en aquellas familias en las que el padre sale a un balcón o un patio a fumar para no afectar al resto no existe una protección mayor . "(Esto) no es real, porque va, fuma afuera y cuando vuelve, como sigue eliminando residuos en el ambiente del aire que exhala, las 4.000 sustancias tóxicas que tiene el cigarrillo siguen afectando a los chicos", explicó.
"Fumar afuera de la casa protege parcialmente pero no es una protección total" , añadió.
Y, para finalizar, Videla sentenció: "En promedio, un fumador vive 10 años menos que una persona que no fuma".
lunes, 5 de abril de 2010
Muerte cada 15 minutos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario