domingo, 2 de diciembre de 2012
Éxito de las campañas para dejar de fumar
Históricamente, sucesivas campañas apelaron a los fumadores para que abandonaran el cigarrillo con éxito relativo. Pero los tiempos cambian y hoy, aún lejos de alcanzar un nivel ideal, se puede festejar: el número de adictos al tabaco continúa en descenso, según una encuesta difundida por el Ministerio de Salud de la Nación. Desde 2009 hasta la fecha, unas 700.000 personas dejaron el hábito, mientras que cinco de cada diez intentaron abandonarlo durante el último año, según los datos recogidos durante la Encuesta Mundial de Tabaquismo. De acuerdo a los especialistas consultados, las razones de este fenómeno son varias: el convencimiento sobre los beneficios de dejar la adicción, la contrapublicidad agresiva, la prohibición de fumar en lugares públicos, el apoyo gubernamental a los pacientes, los nuevos fármacos y la difusión de prácticas deportivas.
Las consecuencias del consumo del tabaco son conocidas por fumadores activos y pasivos. En el mundo, millones de personas padecen enfisema pulmonar, impotencia sexual, cáncer, enfermedades cardíacas y respiratorias, asfixia, disminución de años de vida y problemas en la gestación. En la Argentina, como efecto colateral de estos trastornos, mueren unas 40.000 personas al año, pero esa cifra debería reducirse. “En realidad, la aceptación del fumador en la sociedad cambió mucho. Hace 20 años, la principal causa para dejar de fumar eran los problemas de salud”, explicó Salvador Más, responsable del programa Dejar de Fumar, “hoy se escucha con frecuencia y como motivo principal ‘me siento discriminada en mi entorno’, o ‘no soporto ser esclavo de un cigarrillo’. Si un chico ve una película vieja donde todo el mundo fuma, inexorablemente preguntará: ‘¿Qué están haciendo estos señores?’”.
El presidente de la Unión Antitabáquica Argentina (UATA, asociación civil creada hace 25 años que ya formó a cien profesionales especializados en tabaquismo), César Di Giano, cree que “las campañas de concientización del ministerio y otras instituciones fueron de una utilidad notable; también evaluamos útil el 0800-222-1002, parte de un programa para ayudar al adicto. Pero hay falencias, como la falta de reglamentación de la ley nacional y la no ratificación del convenio marco”.
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